Una guía para hablar de libros:
domingo, 13 de noviembre de 2016
sábado, 23 de abril de 2016
400CERVANTES (y SHAKESPEARE)
Entre discusiones sobre si murió el 22 o el 23 de abril,
después de polémicas sobre sus huesos y sobre si el gobierno (en funciones) está haciendo lo necesario,
llegamos al día 23 de abril de 2016.
Los medios de comunicación nos regalan noticias, reportajes, comentarios, eventos, programas, anuncios, críticas, suplementos especiales sobre Cervantes y Shakespeare
(y olvidan al Inca Garcilaso de la Vega, que también murió un 23 de abril de 2016).
Nuestro CUBO va a intentar recoger lo más interesante y curioso:
ESPECIAL "LA RIOJA", ESPECIAL "EL PAÍS", Las casas de Cervantes, Cervantes en Argel
15 curiosidades sobre Cervantes, Los mejores insultos de Cervantes y Shakespeare
Cervantes y Lope de Vega, ENEMIGOS, WEB OFICIAL DE CERVANTES400
Cervantes en la BNE, Cervantes en RAP-El concurso, CERVANTES VIVE (LA SEXTA)
después de polémicas sobre sus huesos y sobre si el gobierno (en funciones) está haciendo lo necesario,
llegamos al día 23 de abril de 2016.
Los medios de comunicación nos regalan noticias, reportajes, comentarios, eventos, programas, anuncios, críticas, suplementos especiales sobre Cervantes y Shakespeare
(y olvidan al Inca Garcilaso de la Vega, que también murió un 23 de abril de 2016).
Nuestro CUBO va a intentar recoger lo más interesante y curioso:
ESPECIAL "LA RIOJA", ESPECIAL "EL PAÍS", Las casas de Cervantes, Cervantes en Argel
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Cervantes y Lope de Vega, ENEMIGOS, WEB OFICIAL DE CERVANTES400
Cervantes en la BNE, Cervantes en RAP-El concurso, CERVANTES VIVE (LA SEXTA)
Al menos un león del Congreso de los Diputados lee a Cervantes
miércoles, 6 de abril de 2016
miércoles, 16 de marzo de 2016
ARIADNA Y TESEO, por Adrián Ezquerro Lorenzo
Ariadna es la hija del rey Minos y Pasifae de Creta. Su padre
tenía en un laberinto al minotauro, a quien había que alimentar con gente
ateniense cada nueve años.
La tercera vez que los atenienses debían pagar su tributo,
Teseo, -hijo de Egeo, el rey de Atenas- se ofrece a ir y matar al minotauro. El
problema era que el minotauro vivía en un laberinto del que no se podía
escapar.
La hija de Minos, Ariadna vio a Teseo y se enamoró de él, por
lo que decidió ayudarlo con la condición de que se casara con ella y se la
llevara lejos de su temible padre.
Teseo aceptó, y así fue como Ariadna le regaló un ovillo para
que una vez en el laberinto, fuera desenrollándolo y pudiera servirle de guía
al regreso e indicarle el camino de regreso.
Cuando Minos supo que Teseo había matado al minotauro montó en
cólera por lo que Teseo tuvo que apresurarse en la huída en la que lo acompañó
Ariadna. Pero ella nunca llegó a ver la tierra de Teseo, Atenas, pues en una
escala que él hizo en la isla de Naxos, la abandonó dormida en la orilla.
Estas versiones de Ariadna y Teseo varían mucho y se han hecho
un sinnúmero de hipótesis. Se ha dicho que Teseo dejó a Ariadna en la
playa porque estaba enamorado de otra mujer, también que fue por orden de los
dioses, o sino que mientras ella se encontraba en la playa recuperándose de un
mareo, él regresó al barco, y este zarpó impulsado por un misterioso viento.
Pero, Ariadna no se amilanó mucho y olvidó sus penas de amor
con el dios Dionisio, quien se había enamorado profundamente de ella. Se casó
con ella y la llevó al Olimpo. Como regalo de bodas le dio una diadema de oro
que hizo Hefesto y que luego se convirtió en constelación.
Sus hijos con Dionisio fueron Toante, Estásfilo, Enopión y
Pepareto. Su muerte es objeto de varias versiones pues hay quienes dicen que
Artemisa la mató, cumpliendo órdenes de Dionisio. Pero también hay quienes
opinan que ella murió en la isla de Naxos, donde Teseo la había abandonado
cuando ella dio a luz.
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Ariadna y Teseo,
mitología,
Tintoretto,
Venus,
Vulcano y Marte
martes, 15 de marzo de 2016
Cuadros del Renacimiento: "Venus, Vulcano y Marte", de Tintoretto
Venus, Vulcano y Marte es un cuadro del pintor italiano
Tintoretto. Está realizado en óleo sobre lienzo. Mide 135 cm de alto y 198 cm
de ancho. Fue pintado hacia 1555, y actualmente se conserva en la
AltePinakothek de Múnich (Alemania). Es una escena doméstica de carácter
erótico. Venus está reclinada y su marido, el viejo Vulcano, se acerca y
descubre el pubis de su esposa. En una cuna, detrás, Cupido duerme. Y bajo la
cama se oculta el amante de Venus, Marte.
MITOLOGIA: Las mujeres que osaban rechazar su amor
terminaban siendo violadas brutalmente. Porque él perseguía ninfas con la misma
furia devastadora que empleaba en la batalla. Partía para la conquista amorosa
como si marchase a una campaña militar: confiando en su fuerza.
Con Afrodita fue diferente. Para obtener su amor, Ares
abandono las actitudes brutales. Se aproximó ofreciéndole su cuerpo perfecto,
como un desafío a la capacidad amorosa de la bella diosa. Le dijo palabras de
afecto. La colmó de ricos presentes. La amistad entre ambos fue aumentando cada
día, hasta que se dieron cuenta de que estaban enamorados. Hicieron planes y
elaboraron ideas para unirse en el amor.
Mientras Hefesto, el deforme marido de Afrodita,
trabajaba la noche entera en la forja. Ares visitaba clandestinamente a la
sensual amante.
Se sentían felices. Solamente una cosa podía estropear la
aventura: Helios, el Sol, una divinidad a la que no le gustaban los secretos.
Ares trató de tomar todas las precauciones posibles para
no ser descubierto por el Sol. Cada vez que iba al encuentro de la amada,
llevaba al joven Alectrión, su confidente, mientras se deleitaba en los brazos
de Afrodita, el amigo vigilaba la puerta del palacio con la misión de
advertirle el momento que comenzaba a aparecer el Sol.
Una noche el fiel guardián, exhausto y aburrido, se
adormeció. Ares y Afrodita se amaban, mientras tanto, intensamente, olvidados
de las preocupaciones.
El día amaneció claro y hermoso. El Sol despunto y
sorprendió a los amantes, que dormían abrazados.
Indignado por la traición a Hefesto, Helios salió en
busca del deforme herrero y le contó lo que había visto.
Hefesto dejó caer el hierro que forjaba. Sintió que las
fuerzas le faltaban. Agradeció al Sol la verdad. Estaba avergonzado y humillado
por el acontecimiento.
Y pensó que la fea acción no podía quedar sin venganza.
Después de mucho reflexionar, el armero divino tuvo una idea y se puso a
trabajar. Con finísimos hilos de oro confeccionó una red invisible, pero tan
fuerte y resistente que ningún hombre (ni ningún dios) pudiera romperla.
Cuando termino su obra fue al encuentro de su esposa.
Ocultando su odio y su tristeza.
Armó disimuladamente la red en el lecho manchado por la
deshonra y dijo a Afrodita que debía ausentarse por algunos días. Sin más
explicaciones, se despidió y partió.
Ares, que lo espiaba todo, apenas vio alejarse a Hefesto
corrió a la casa de su amante. Sin contener su deseo, apenas vio a Afrodita le
dijo: “Ven querida, al lecho: gran placer es el amor. Hefesto está de viaje,
según creo, camino a Lemnos”.
Se acostaron felices y no se dieron cuenta de que estaban
aprisionados por la ingeniosa red construida por el esposo traicionado.
En ese instante, Hefesto, que había fingido alejarse,
retorna y sorprende a los amantes, presos en la trama de oro.
Nunca sintió tanta vergüenza y tan intenso odio. Parado
en el umbral de la puerta, llama la atención de los otros olímpicos: “Zeus
padre y todos los restantes dioses bienaventurados e inmortales, venid aquí a
presenciar una escena ridícula y monstruosa: por ser yo cojo, Afrodita, hija de
Zeus, me cubre continuamente de deshonra; ama a Ares, el destructor, porque es
hermoso tiene las piernas derechas, mientras que yo soy defectuoso de
nacimiento. Pero la culpa no es mía, sino de mis padres, que habrían hecho
mejor si no me hubieran engendrado. Venid a ver este lamentable espectáculo, y
como se fueron a dormir, en brazos uno del otro, en mi propio lecho. Pero por
mucho que se amen, no creo que deseen quedar así acostados. Pronto querrán
levantarse, pero mi trampa, mi red, los retendrá cautivos, hasta que el padre
de ella devuelva todos los presentes que le di por su imprudente hija. Hermosa
es, pero no tiene decencia porque no domina sus raptos pasionales”.
De no mediar Apolo, tal vez nunca habrían sido libertados
los amantes. Hefesto acabó aceptando las palabras conciliadoras del dios y los
soltó. Afrodita, avergonzada, se retiró a Chipre, su isla predilecta. Y Ares se
fue a Tracia, para tratar de olvidar la ridícula situación sufrida en medio de
los ardores de la guerra.
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Vulcano y Marte
LA ESCUELA DE ATENAS II
Ficha
técnica:
·
Autor: Rafael Sanzio
·
Fecha: 1509 a 1512
·
Ubicación: Estancias de Rafael
·
Material: Fresco
·
Dimensiones: 5m x 7.7m
·
Período: Renacimiento
Comentario:
Esta obra fue creada por Rafael Sanzio por orden del Papa Julio II para
decorar vanas stanze que son un
conjunto de cuatro cámaras que se encuentran en el piso superior del palacio; concretamente este cuadro debía ser colocado en la “Estancia de la Signatura” en la pared que
representaba La Filosofía.
El espacio que podemos encontrar en este cuadro se basa en la cultura grecorromana,
pero también en los proyectos de la basílica de San Pedro. Vemos unas estatuas
que representan a Apolo (dios griego de las artes) y a Atenea (diosa griega de
la sabiduría), por lo que deducimos que se trata de una pintura basada en la
ideología humanista.
Este cuadro combina muchas técnicas que le otorgan profundidad, como el
punto de fuga central y la proporción adecuada de todos sus elementos. Los
colores son tonos suaves y claros que transmiten un ambiente pacífico pero
sofisticado, al que no todo el mundo estaría capacitado para acceder.
Rafael incluye en esta obra caras que nos son familiares tanto de filósofos
de la antigüedad como de artistas que tuvieron un gran reconocimiento en el
Renacimiento, lo que nos da a entender que las artes y las ciencias pueden
convivir en armonía y que están al mismo nivel.
Esquema de personajes ilustres representados (incluyendo al mismo Rafael):
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Rafael,
Renacimiento
ÉREC Y ENIDE, por Alejandro García (3B)
Erec y Enide es el primer romance,
escrito en verso, con pareados octosílabos, que cuenta la historia de una
pareja felizmente casada que decide retirarse de las tareas de la caballerías y
vivir enamorados. Cuando empiezan las habladurías entre los caballeros de la
corte del Rey Arturo, tachan a Erec de cobarde
y poco atento a su mujer. Erec no puede ser feliz porque ha abandonado
la caballería. Entonces deciden salir juntos a correr aventuras para salvar su
amor y su honor. Es una novela idílica
atípica, ya que el matrimonio no es el final para asegurar el final de los
protagonistas. En realidad, el matrimonio es el motor de la novela.
Tras salir victoriosos de las aventuras
regresan a la corte artúrica. Allí se entera Erec de la muerte de su padre, el
rey Lac, y finalmente el propio Arturo los corona en Nantes.
Fue escrito por Chrétien de Troyes hacia
1176, y es el primer romance que ha llegado hasta nosotros del ciclo artúrico
en lengua romance. Se dice que Chrétien es el primer novelista de Francia, y
según algunos, el padre de la novela occidental.
ORFEO Y EURÍDICE: el mito
Cuentan
las leyendas que, en la época en que dioses y seres fabulosos poblaban la
Tierra, vivía en Grecia un joven llamado Orfeo, que solía entonar hermosísimos
cantos acompañados por su lira. Su música era tan hermosa que, cuando sonaba,
las fieras del bosque se acercaban a lamerle los pies y hasta las turbulentas
aguas de los ríos se desviaban de su cauce para poder escuchar aquellos sones
maravillosos.
Un
día en que Orfeo se encontraba en el corazón del bosque tañendo su lira, descubrió
entre las ramas de un lejano arbusto una joven ninfa que, medio oculta,
escuchaba embelesada. Orfeo dejó su lira y se acercó a contemplar aquel ser
cuya hermosura y discreción no eran igualadas por ningún otro.
-
Hermosa
ninfa de los bosques –dijo Orfeo-, si mi música es de tu agrado, abandona tu
escondite y acércate a escuchar lo que mi humilde lira tiene que decirte.
La
joven ninfa, llamada Eurídice, dudó unos segundos, pero finalmente se acercó a
Orfeo y se sentó junto a él. Entonces Orfeo compuso para ella la más bella
canción de amor que se había oído nunca en aquellos bosques. Y pocos días
después celebraban en aquel mismo lugar las bodas entre Orfeo y Eurídice.
Al
enterarse de la muerte de su amada, Orfeo cayó preso de la desesperación. Lleno
de dolor decidió descender a las profundidades infernales para suplicar que
permitieran a Eurídice volver a la vida.
Aunque
el camino a los infiernos era largo y lleno de dificultades, Orfeo consiguió
llegar hasta el borde de la laguna Estigia, cuyas aguas separan el reino de la
luz del reino de las tinieblas. Allí entonó un canto tan triste y tan melodioso
que conmovió al mismísimo Carón, el barquero encargado de transportar las lamas
de los difuntos hasta la otra orilla de la laguna.
Orfeo
atravesó en la barca de Carón las aguas que ningún ser vivo puede cruzar. Y una
vez en el reino de las tinieblas, se presentó ante Plutón, dios de las
profundidades infernales y, acompañado de su lira, pronunció estas palabras:
-
¡Oh,
señor de las tinieblas! Héme aquí, en vuestros dominios, para suplicaros que
resucitéis a mi esposa Eurídice y me permitáis llevarla conmigo. Yo os prometo
que cuando nuestra vida termine, volveremos para siempre a este lugar.
La
música y las palabras de Orfeo eran tan conmovedoras que consiguieron paralizar
las penas de los castigados a sufrir eternamente. Y lograron también ablandar
el corazón de Plutón, quien, por un instante, sintió que sus ojos se le
humedecían.
-
¡Oh,
poderoso Plutón! –exclamó Orfeo-. Haré cualquier cosa que me pidáis con tal de
recuperar a mi amadísima esposa.
-
Pues
bien. –continuó Plutón-, tu adorada Eurídice seguirá tus pasos hasta que hayáis
abandonado el reino de las tinieblas. Sólo entonces podrás mirarla. Si intentas
verla antes de atravesar la laguna Estigia, la perderás para siempre.
-
Así
se hará –aseguró el músico.
Y
Orfeo inició el camino de vuelta hacia el mundo dela luz. Durante largo tiempo
Orfeo caminó por sombríos senderos y oscuros caminos habitados por la penumbra.
En sus oídos retumbaba el silencio. Ni el más leve ruido delataba la proximidad
de su amada. Y en su cabeza resonaban las palabras de Plutón: “Si intentas
verla antes de atravesar la laguna Estigia, la perderás para siempre”.
Por
fin, Orfeo divisó la laguna. Allí estaba Carón con su barca y, al otro lado, la
vida y la felicidad en compañía de Eurídice. ¿O acaso Eurídice no estaba allí y
sólo se trataba de un sueño? Orfeo dudó por un momento y, lleno de
impaciencia, giró la cabeza para comprobar si Eurídice le seguía. Y en ese
mismo momento vio como su amada se convertía en una columna de humo que él
trató inútilmente de apresar entre sus brazos mientras gritaba preso de la
desesperación.
-
Eurídice,
Eurídice...
Orfeo
lloró y suplicó a los dioses por su falta de confianza, pero sólo el silencio
respondió a sus súplicas. Y, según cuentan las leyendas, Orfeo triste y lleno
de dolor, se retiró a un monte donde pasó el resto de su vida sin más compañía
que su lira y las fieras que se acercaban a escuchar los melancólicos cantos
compuestos en recuerdo de su amada.
Fragmento
de: La metamorfosis, de Ovidio
GEORGIANA BERZEDEANU
Cuadros del Renacimiento: El entierro del Conde Orgaz, de El Greco
FICHA
TÉCNICA DEL CUADRO:
Nombre: El
Entierro del Conde Orgaz
Autor: El
Greco (Domenikos Theotokopoulos)
Estilo:
Manierista
Fecha:
1586-1588
Localización:
Iglesia de Santo Tomé (Toledo)
Datos
técnicos: Óleo sobre tela, 4,80 x 3,60 m.
DESCRIPCIÓN:
Este gran cuadro está dividido en dos grandes
zonas: por un lado en la parte alta se observa una zona celestial en donde
aparecen Cristo, la Virgen, ángeles, santos y otros personajes ya fallecidos.
En la parte inferior, la terrenal, se representa un entierro rodeado de
personajes, unos eclesiásticos y otros civiles.
HISTORIA:
¿Quién era
Don Gonzalo Ruiz de Toledo, señor de Orgaz?
Don Gonzalo
fue una persona muy reconocida en la ciudad de Toledo en los siglos XIII –XIV.
EL señorío de Orgaz lo heredó de su bisabuelo, Fernando Juanes de Alfariella.
Don Gonzalo desempeñó importantes cargos en esta ciudad, como notario mayor del reino de Castilla durante el reinado de Fernando IV, así como también alcalde de Toledo. Pero más importantes que todos estos cargos fue su vida piadosa y su numerosas obras caritativas. Realizó muchas donaciones a instituciones eclesiásticas de la ciudad. Tuvo mucha colaboración con la reforma de la parroquia de Santo Tomé en el año 1300. Era tanta su vinculación con ella que a su muerte, en 1323, mandó ser enterrado en su iglesia, pero especificó que lo colocaran en un lugar mucho más apartado del altar. Fue colocado en la Capilla de la Concepción, por lo cual podemos observar claramente su humildad.
Don Gonzalo desempeñó importantes cargos en esta ciudad, como notario mayor del reino de Castilla durante el reinado de Fernando IV, así como también alcalde de Toledo. Pero más importantes que todos estos cargos fue su vida piadosa y su numerosas obras caritativas. Realizó muchas donaciones a instituciones eclesiásticas de la ciudad. Tuvo mucha colaboración con la reforma de la parroquia de Santo Tomé en el año 1300. Era tanta su vinculación con ella que a su muerte, en 1323, mandó ser enterrado en su iglesia, pero especificó que lo colocaran en un lugar mucho más apartado del altar. Fue colocado en la Capilla de la Concepción, por lo cual podemos observar claramente su humildad.
¿Qué ocurrió
en el entierro del Señor de Orgaz?
Esta obra
está basada en una leyenda local originada en el siglo XIV. A su muerte, este hombre dejó una
considerable suma de dinero a la iglesia de Santo Tomé para ayudar a la
ampliación de la iglesia. Gracias a su
caridad y su noble acto, en su funeral, dos santos (San Esteban y San Agustín)
bajaron del cielo y lo enterraron con sus propias manos, enfrente de los otros
asombrados huéspedes fúnebres.
Este cuadro
fue comisionado por la iglesia de Santo Tomé en Toledo a través de un sacerdote
de la parroquia llamado Andrés Núñez. Toledo era en ese entonces la ciudad
capital de España y las oficinas centrales de la iglesia católica.
El cuadro en
la actualidad sigue colgado en el mismo lugar, en una capilla de la misma
Iglesia sobre la tumba del conde. Ha sido restaurada para
parar los efectos del tiempo.
ANDREA SAN MATEO
Etiquetas:
Cuadro,
Entierro del conde de Orgaz,
Greco,
Renacimiento
lunes, 14 de marzo de 2016
HERO Y LEANDRO
Según el mito griego, Hero era una sacerdotisa de Afrodita
que vivía en una torre en Sestos, en el extremo del Helesponto. Leandro era un
joven de Abidos en el otro lado del estrecho.
Cuando se celebró en Sestos un festival en honor de Adonis y
Afrodita, al cual acudieron personas de muchas ciudades, Hero no abrigaba otros
planes que no fueran sus deberes de sacerdotisa, pero en cuanto Leandro la vio,
quedó prendado de su hermosura. Hero también se dejó cautivar por él, pero le
advirtió que sus padres no le permitirían casarse con un extranjero. Fue
entonces que Leandro, vencido por su amor, le dijo que por su amor cruzaría
hasta las olas salvajes.
Este profundo amor estaba destinado a la desgracia, puesto
que una sacerdotisa sólo debía dedicar su vida a la divinidad. Pero ellos no
renunciaron fácilmente. Cada noche Leandro cruzaba el Helesponto nadando para
estar con ella, y Hero debía encender una lámpara en lo alto de la torre para
poder guiarle en la oscuridad. Este inestable arreglo duró lo que la estación
estival. Al llegar el invierno, el mar cambió, pero el clima glacial no detuvo
el amor de Leandro. Una noche, el cielo no tuvo piedad y arrebató las aguas con
una tempestad, agitando el mar y apagando la lámpara de Hero. Perdido entre las
furiosas olas, Leandro pereció ahogado.
Cuando Hero halló su cuerpo inerte en la orilla a la mañana siguiente, lo tomó
desconsolada entre sus brazos y una ola enorme se los llevó a ambos, para
perderlos juntos en la infinidad del horizonte.
Numerosos poetas, pintores, músicos y escultores han creado
obras inspiradas en esta historia de amor imposible.
Autor desconocido
Hero and Leander, de William Etty.
PAULA ARANDIA Y JUNCAL ARISTE, 3B
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