miércoles, 15 de diciembre de 2010
Gonzalo de Berceo
Nuria escribió:
Gonzalo de Berceo fue un poeta español, el primero de nombre conocido en lengua castellana, principal autor en el siglo XIII del llamado Mester de Clerecía.
Nació en Berceo (La Rioja), hacia finales del siglo XII. No se sabe con exactitud la fecha ya que no hay documentos que la contengan pero si puede saberse más o menos por una escritura de 1221 en la que firma como diacono y para serlo hacía falta haber cumplido 26 años.
Gonzalo de Berceo fue educado en Palencia trabajó al servicio del Monasterio de San Millán llevando sus complicadas finanzas, organizando la documentación y ayudando en los numerosos pleitos.
Su nombre aparece en varias ocasiones en la documentación conservada en el monasterio de San Millán: llegó a ser un clérigo secular que trabajó primero como diácono (1221) y luego como preste o presbítero (1237), maestro de los novicios y, notario del abad Juan Sánchez en el monasterio de San Millán de la Cogolla. Tuvo un hermano que, como él, era también clérigo.
Sus obras más importantes fueron: Vida de Santo Domingo de Silos,El duelo que fizo la Virgen María el día de la pasión de su fijo Jesucristo, Loores de Nuestra Señora , Himnos, Historia del Señor San Millán, Martirio de San Laurencio yMilagros de Nuestra Señora.
En conclusión, Gonzalo de Berceo fue un importantísimo personaje en la historia de nuestra lengua y en conmemoración ha sido conocido generación tras generación. Hoy en día seguimos conmemorando sus obras como unas de las más importantes de la historia y de la literatura, enseñando los textos en las clases y mostrándolos en el monasterio de San Millán. También existe una calle con su nombre en Logroño que es donde se sitúa nuestro instituto y en cuyo final se encuentra un busto del autor.
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Gonzalo de Berceo:
ResponderEliminarGonzalo de Berceo fue un poeta español, el primero de nombre conocido en lengua castellana, principal autor en el siglo XIII del llamado Mester de Clerecía.
El riojano Gonzalo de Berceo se educó en el monasterio de San Millán de la Cogolla y llegó a ser un clérigo secular que trabajó primero como diácono (1221) y luego como preste o (1237), maestro de los novicios y notario del abad Juan Sánchez en el citado monasterio de San Millán de la Cogolla. Tuvo un hermano que, como él, era también clérigo. Recibió una educación muy esmerada, pues se formó entre 1222 y 1227 en los recientemente creados estudios generales (un antecedente medieval de las modernas universidades) de Palencia, los primeros que hubo en España. Fundados por el obispo don Tello Téllez de Meneses, al que Berceo nombra en sus obras; allí había cuatro cátedras: Teología, Derecho Canónico, Lógica y Artes (gramática), por lo que el futuro poeta recibió una formación novedosa y muy superior a la de los otros eclesiásticos de su mismo nivel. Sin embargo, al principio del siglo XIII, el monasterio de San Millán atravesaba un periodo de decadencia de su antiguo esplendor, que el poeta intentó combatir con sus escritos; debió fallecer ya mediado el siglo XIII, después de 1264.
Berceo fue el más importante representante del mester de clerecía. Depuró el idioma castellano creando la lengua literaria, para lo cual trasvasó numeroso vocabulario desde el latín (cultismos) y recurrió a fórmulas de la literatura oral tradicional y del mester de juglaría. En su trabajo como notario eclesiástico, y con la intención de paliar la decadencia del monasterio, llegó incluso a falsificar documentos para conseguir que los reacios campesinos pagaran sus contribuciones al mismo.
Su poesía trata siempre sobre tema religioso, y está constituida fundamentalmente por hagiografías, esto es, escrituras sobre materia sagrada y por extensión biografías de los santos, en especial aquellos a los que se rendía culto en los monasterios con los que estuvo vinculado. Su obra maestra es, sin embargo, los Milagros de Nuestra Señora. Otras obras suyas son “El duelo que fizo la Virgen María el día de la Pasión de su hijo Jesucristo, Del sacrificio de la Misa, De los signos que aparecerán ante del Juicio, el Martirio de San Laurencio, los Loores de Nuestra Señora” y tres Himnos, dedicados a Jesús, el Espíritu Santo y la Virgen.
No se muestra como un narrador original, ya que traduce ampliando obras escritas anteriormente en latín; su originalidad y carácter artístico debe apreciarse en el tratamiento de los temas, en el estilo, los detalles costumbristas y adaptaciones a la mentalidad medieval y campesina que añade a dichos relatos.
Su poesía es culta, aunque se reviste de una apariencia popular y utiliza elementos tradicionales; la estrofa que emplea para la versificación es la cuaderna vía o tetrástrofo monorrimo (cuatro versos alejandrinos o de catorce sílabas separados cada uno en dos mitades de siete sílabas por una cesura que coincide con final de palabra y grupo fónico, impidiendo toda sinalefa, y con una única rima consonante en todos sus versos).
Kevin Alonso 3ºA
GONZALO DE BERCEO
ResponderEliminarEl riojano Gonzalo de Berceo se educó en el monasterio de San Millán de la Cogolla y llegó a ser un clérigo secular que trabajó primero como diácono (1221) y luego como preste o presbítero (1237), maestro de los novicios y, según Brian Dutton, como notario del abad Juan Sánchez en el citado monasterio de San Millán de la Cogolla. Tuvo un hermano que, como él, era también clérigo. Recibió una educación muy esmerada, pues se formó entre 1222 y 1227 en los recientemente creados estudios generales de Palencia, los primeros que hubo en España y fundados por el obispo don Tello Téllez de Meneses que Berceo nombra en sus obras; allí había cuatro cátedras: Teología, Derecho Canónico, Lógica y Artes , por lo que el futuro poeta recibió una formación novedosa y muy superior a la de los otros eclesiásticos de su mismo nivel. Sin embargo, al principio del siglo XIII, el monasterio de San Millán atravesaba un periodo de decadencia de su antiguo esplendor, que el poeta intentó combatir con sus escritos; debió fallecer ya mediado el siglo XIII, después de 1264.
Berceo fue el más importante representante del mester de clerecía. Depuró el idioma castellano creando la lengua literaria, para lo cual trasvasó numeroso vocabulario desde el latín y recurrió a fórmulas de la literatura oral tradicional y del mester de juglaría. En su trabajo como notario eclesiástico, y con la intención de paliar la decadencia del monasterio, llegó incluso a falsificar documentos para conseguir que los reacios campesinos pagaran sus contribuciones al mismo.
Su obra mas conocida es los Milagros de Nuestra Señora
Comienza con una introducción alegórica en la que el autor se presenta a sí mismo en una naturaleza idealizada, descanso del hombre, que simboliza las virtudes y perfecciones de la Virgen. A continuación, se suceden veinticinco milagros realizados por la Virgen a favor de personas que sienten una gran devoción por ella. Berceo no inventa, sólo pretende difundir en lengua romance los relatos ya existentes sobre la Virgen, los cuales él modifica con libertad. Las principales características de los Milagros son las siguientes:
• Berceo introduce elementos cotidianos para atraer a sus oyentes.
• Emplea elementos del arte juglaresco, como el uso de expresiones para llamar la atención de sus oyentes.
• Al final de cada relato aparece una moraleja o enseñanza para hacer comprender al oyente las ventajas que reporta ser un devoto de la Virgen.
Se pueden distinguir tres grupos de milagros:
1. En los que María premia o castiga a los hombres, como "La casulla de San Ildefonso".
2. En los que la Virgen perdona y logra salvar de la condenación a sus devotos, como "El sacristán impúdico".
3. En los que los personajes sufren una crisis espiritual y María les ayuda a solucionar el conflicto, como "La abadesa encinta".
Álvaro Bartolomé Montenegro 3 A
Gonzalo de Berceo es el primer poeta en lengua castellana con nombre conocido, no sólo gracias a algunos documentos notariales, sino también a sus propios textos, de donde se extrae algunos pocos datos para reconstruir su biografía.
ResponderEliminarNacería en el pueblo del que toma su nombre, Berceo (La Rioja), hacia finales del siglo XII (1195), porque en una escritura de 1221 firma como «diácono» y para serlo hacía falta haber cumplido 26 años. Al diácono le competía la enseñanza de la doctrina y la explicación de la liturgia, lo que nos ilumina acerca de la elección de algunos de sus temas. Su vinculación al centro monástico de San Millán pudo ser doble: aquí se educaría primero y luego regresaría para adscribirse en su calidad de clérigo secular.
La única referencia concreta que él mismo hace a sus estudios nos remite a los recibidos en el propio monasterio, aunque, según la hipótesis de B. Dutton (1964: 1973), pudo haber frecuentado el Estudio General de Palencia. A favor de esta tesis se tiene no sólo el trasfondo «notarial» de algunas de sus obras, sino también el cultural, puesto que Berceo muestra una sólida formación retórica y musical, mientras que la riquísima biblioteca de San Millán de la Cogolla «se empobrece por momentos» en el siglo XI (Díaz y Díaz 1991: 165), tendencia que se mantendrá durante el siglo XIII. Para explicar el origen de esos conocimientos es necesario imaginárselo como un «clérigo», en el doble sentido que la palabra tenía en aquel tiempo, en contacto con la nueva cultura floreciente y no como un monje encerrado en su convento, aunque sus escritos estén muy relacionados con el entorno. Sus cuatro relatos hagiográficos se dedican a santos estrechamente vinculados a la región, San Millán, Santo Domingo, Santa Oria -que había vivido en San Millán-, y San Lorenzo, ligado a tradiciones locales, y sus obras marianas (Loores, Milagros y Duelo) pudieron inspirarse en el culto a Nuestra Señora de Marzo en el monasterio de San Millán de Yuso, sin olvidar la creciente devoción a la Virgen a partir de la segunda mitad del XII. Su nombre aparece en varias ocasiones en la documentación conservada en el monasterio de San Millán: figura como sacerdote en 1237, en 1242 aparece como testigo junto a su hermano Juan, también clérigo, y en una escritura de 1264 se le nombra en pasado maestro de confessión ycabeçalero («albacea»), lo que hace pensar que ya habría fallecido.
Con estos datos se podría presentar a Berceo como un hombre educado en Palencia o en su propia diócesis, que trabajaría al servicio del Monasterio de San Millán llevando sus complicadas finanzas, organizando la documentación o ayudando en los numerosos pleitos, y cuyos escritos acercaban la cultura religiosa latina al pueblo como había recomendado el IV Concilio de Letrán.
Se ignora cuándo pudo fallecer, pero es muy posible que superara la segunda mitad del siglo XIII, ya que en la estrofa 869ab del milagro de «La iglesia robada», alude en pasado a Fernando III (1201-1252). Por esos años aún tendría ánimo suficiente para contar la vida de Santa Oria, «monja empareda» cuya tumba se conserva en el monasterio de San Millán:
Quiero en mi vegez, maguer so ya cansado,
de esta sancta virgen romançar su dictado;
que Dios por el su ruego sea de mí pagado
e non quiera vengança tomar del mi pecado.
Gonzalo de Berceo es el primer poeta en lengua castellana con nombre conocido, no sólo gracias a algunos documentos notariales, sino también a sus propios textos, de donde se extrae algunos pocos datos para reconstruir su biografía.
ResponderEliminarNacería en el pueblo del que toma su nombre, Berceo (La Rioja), hacia finales del siglo XII (1195), porque en una escritura de 1221 firma como «diácono» y para serlo hacía falta haber cumplido 26 años. Al diácono le competía la enseñanza de la doctrina y la explicación de la liturgia, lo que nos ilumina acerca de la elección de algunos de sus temas. Su vinculación al centro monástico de San Millán pudo ser doble: aquí se educaría primero y luego regresaría para adscribirse en su calidad de clérigo secular.
La única referencia concreta que él mismo hace a sus estudios nos remite a los recibidos en el propio monasterio, aunque, según la hipótesis de B. Dutton (1964: 1973), pudo haber frecuentado el Estudio General de Palencia. A favor de esta tesis se tiene no sólo el trasfondo «notarial» de algunas de sus obras, sino también el cultural, puesto que Berceo muestra una sólida formación retórica y musical, mientras que la riquísima biblioteca de San Millán de la Cogolla «se empobrece por momentos» en el siglo XI (Díaz y Díaz 1991: 165), tendencia que se mantendrá durante el siglo XIII. Para explicar el origen de esos conocimientos es necesario imaginárselo como un «clérigo», en el doble sentido que la palabra tenía en aquel tiempo, en contacto con la nueva cultura floreciente y no como un monje encerrado en su convento, aunque sus escritos estén muy relacionados con el entorno. Sus cuatro relatos hagiográficos se dedican a santos estrechamente vinculados a la región, San Millán, Santo Domingo, Santa Oria -que había vivido en San Millán-, y San Lorenzo, ligado a tradiciones locales, y sus obras marianas (Loores, Milagros y Duelo) pudieron inspirarse en el culto a Nuestra Señora de Marzo en el monasterio de San Millán de Yuso, sin olvidar la creciente devoción a la Virgen a partir de la segunda mitad del XII. Su nombre aparece en varias ocasiones en la documentación conservada en el monasterio de San Millán: figura como sacerdote en 1237, en 1242 aparece como testigo junto a su hermano Juan, también clérigo, y en una escritura de 1264 se le nombra en pasado maestro de confessión ycabeçalero («albacea»), lo que hace pensar que ya habría fallecido.
Con estos datos se podría presentar a Berceo como un hombre educado en Palencia o en su propia diócesis, que trabajaría al servicio del Monasterio de San Millán llevando sus complicadas finanzas, organizando la documentación o ayudando en los numerosos pleitos, y cuyos escritos acercaban la cultura religiosa latina al pueblo como había recomendado el IV Concilio de Letrán.
Se ignora cuándo pudo fallecer, pero es muy posible que superara la segunda mitad del siglo XIII, ya que en la estrofa 869ab del milagro de «La iglesia robada», alude en pasado a Fernando III (1201-1252). Por esos años aún tendría ánimo suficiente para contar la vida de Santa Oria, «monja empareda» cuya tumba se conserva en el monasterio de San Millán:
Quiero en mi vegez, maguer so ya cansado,
de esta sancta virgen romançar su dictado;
que Dios por el su ruego sea de mí pagado
e non quiera vengança tomar del mi pecado.
Juan Carlos Arinas 3ºA